martes, 11 de noviembre de 2014

LA HISTORIA DE LA TINTA CHINA

El nacimiento de la escritura fue uno de los grandes hitos de la civilización, pues significó la posibilidad de preservar la lengua de los pueblos a través del tiempo en un medio físico que la hiciera permanente, a diferencia de la oralidad, que duraba sólo una milésima de segundo y se esfumaba para siempre. Pero, si bien se han encontrado registros de escritura en piedra y grabados con las herramientas del momento, la creación de la tinta brindó la ventaja de hacer de la escritura un mecanismo de comunicación más rápido en su elaboración.
La tinta fue creada en la antigua China, aproximadamente en el siglo IV a.C. Los chinos ya conocían la tinta negra, con la cual escribían con plumas, y estaba compuesta por negro de humo y goma. Poco a poco, esta tinta china fue evolucionando y pasó a ser utilizada para las caligrafías china y japonesa.
A Japón llegó en el siglo XIV d.C., y se empleó en la técnica de dibujo sumi-e por los monjes budistas zen durante el periodo Muromachi, aunque esta técnica ya había sido desarrollada durante las dinastías Tang y Song en la China de la Edad Media.
La tinta china tiene varios colorantes obtenidos a base de barras de metal que son frotadas sobre piedras rugosas. En el interior de estas piedras (generalmente cóncavas), se vierte agua, la cual se va a comenzar a pigmentar con el negro característico de esta tinta, luego de que las barras son frotadas. Este proceso se realiza hasta que la tinta logra la densidad adecuada, aunque hay que evitar que se seque sobre la piedra. Afortunadamente, hoy en día es posible comprar tinta china ya preparada en cualquier tienda.

No hay comentarios:

Publicar un comentario