Las impresoras son máquinas realmente frágiles que si no sabes cómo manejar, pueden estropearse de un día para otro. Por ello, es muy importante conocerlas en profundidad y conocer bien cuál es el funcionamiento de cada una de las piezas. ¿Os interesa conocerlas? Pues a través del siguiente artículo haremos un breve análisis de las distintas partes de un tóner:
- Cartucho de tóner completo
Empezaremos por lo que se llama el cartucho de tóner completo. Esta parte es para que la entendáis como el corazón del tóner. Su función principal es la de combinar que va adhiriendo al cilindro. Finalmente, después de este proceso se plasma esta “mezcla” para imprimir el respectivo folio de papel.
Esta consiste en una larga vara de metal que va de un extremo a otro de la unidad de toner de forma horizontal. En cada lado hay una especie de ranuras que se acoplan para así conseguir un mejor “rodamiento”. ¿Y cuál es su función? Pues no es otra que la detransmitir la energía eléctrica entre las distintas partes del tóner. Se recomienda encarecidamente no manipular esta pieza porque es realmente frágil.
Se trata de un cilindro imantando (como bien su nombre indica) con distintas cargas eléctricas. Cuando esta parte recibe electricidad, se imanta y finalmente gracias a una pequeña cuchilla que hace fricción provoca que la calidad de impresión sea mucho mayor. Es recomendable limpiar esta parte con sumo cuidado y también cambiarlo después de cambiar de toner en dos ocasiones.
- Rodillo de carga primaria
Esta pieza se encuentra cercana a la unidad de cilindro y está compuesta por un eje de goma a todo su alrededor. El objetivo de este nuevo rodillo es aplicar corriente continua en la base del cilindro principal. ¿Y qué ocurre a continuación? Pues el láser “escribe” sobre esta parte para que después se aplique de nuevo una corriente alterna para borrar la anterior señal y poder reescribir de nuevo.
- Depósito de tóner desperdiciado
Aquí es donde la cuchilla limpiadora, tras realizar todo el proceso de impresión, recoge o “recolecta” todos los desperdicios que se han procesado tras imprimir cualquier documento (sobre todo trocitos de papel). Es muy recomendable limpiar esta zona asiduamente ya que sino los folios pueden salir impresos con manchas de papel negra.
Otra de las zonas que al igual que la anterior, se dedica a limpiar toda la parte del tóner y la impresora. Sin embargo, uno de sus grandes hándicaps es que con tanto roce se puede llegar a desgastar la unidad de cilindro. Se recomienda cambiarla cada tres llenados y también no hay que exponerla a tantas emisiones de calor.
Una de las piezas más relevantes del tóner. Aquí es donde se almacena todo el tóner, que después el cilindro imantado procesa para comenzar la impresión. Está formada en su interior por una serie de aletas que van girando las partículas de polvo. Se antoja muy relevante que no se introduzcan otros elementos que no sean del propio tóner, ya que si no podría quedar inservible.
Aquí se regula la cantidad de polvo de tóner que llegará a usar el cilindro imantado. Con el mero paso del tiempo es propensa a estropearse y dañarse con facilidad. Por esta razón, se recomienda cambiar esta pieza cada cuatro rellenados.
Cada vez los tóner son más “inteligentes”. ¿La razón? Los informáticos les han instalado una especie de software en su interior con la finalidad de hacer más útil y sobre todo eficientes.
La esencia principal con la que se realizan las impresiones. Tiene una composición de carbón y hierro mojado. ¡Pero cuidado! Si se inhala por error, puede ser muy perjudicial para nuestra salud. Por ello, se antoja de suma importancia utilizar todo tipo de protecciones al manipular, y guardarlo siempre en un lugar fresco, seco y sobre todo seguro.
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